Centro de información turística San Ignacio | ENNE Arquitectura

Centro de información turística San Ignacio | ENNE Arquitectura

Podemos afirmar que este edificio puede entenderse mediante la dimensión del uso: un puesto de información turística. Pero esta afirmación no debe comprenderse desde un funcionalismo programático, sino más bien de lo que representa un equipamiento que impulsa la visita a distintos atractivos. Suele asociarse que este tipo de edificios deben tener una forma icónica, y muchas veces asociadas, alegóricamente, a los destinos que promocionan. Nos enfrentábamos a ese problema en un sitio de la ciudad bastante caótico. Caracterizado por la alta velocidad en la ruta Nacional 12 y su colectora, de transición entre la urbanidad y la ruralidad, de arquitecturas infraestructurales e institucionales diversas como la estación de ómnibus y una comisaría. Además, tratándose de un edificio del Estado (el financiamiento lo hace el Gobierno Nacional y la ejecución el Provincial), iba a tener un presupuesto acotado y también poca inversión en su mantenimiento a largo plazo.

Ante estas variables, y luego de sucesivos recortes presupuestarios durante el proceso de diseño, el edificio se resuelve a partir de las siguientes decisiones: Una plazuela, un vacío, intermedia entre las vías de circulación rápida y el edificio. Esta se construirá en una etapa posterior y servirá para alojar eventos culturales, ferias de artesanías y promociones turísticas a cielo abierto. El edificio es un paralelepípedo de 6x12x6 metros, puesto en la cota más alta del lote. Como si de un macizo se tratará, este se “vacía” en una parte para alojar el programa de atención al público. Y se mantiene “lleno” en las áreas destinadas a servicios, alojar infraestructuras y donde es necesario generar estrategias pasivas de atención al riguroso clima local. Caracterizado por la alta temperatura, de mucha humedad, y la fuerte incidencia solar. Refuerza la imagen estereotómica del edificio su piel pétrea. Esta, realizada en asperón rojo, es una piedra propia del lugar de buen comportamiento térmico y noble envejecimiento. En su pesada imagen y el cromatismo de su superficie, el edificio empieza a establecer relaciones de pertenencia con las arquitecturas pre-existentes: los vestigios, patrimonio de la humanidad, del conjunto jesuítico-guaraní; y más cerca en el tiempo, en la arquitectura popular que encuentra en el asperón un revestimiento predilecto.

De este modo la iconicidad se construye mediante el vacío de la plazuela, la forma abstracta y la piel de asperón. Así, la arquitectura propuesta es un cúmulo de decisiones simples, cuasi simplistas, que buscan construir una respuesta sintética que atienda todas las complejidades del proyecto descriptas.