#CASAFOA2022 sustentable y postpandémica
por Andrés Muñoz, arq.
En esta nueva edición de Casa FOA los espacios proponen una visión del vivir con un grado mayor de reflexión de la que se viene viendo en ediciones anteriores, cotidianizando e incorporando situaciones difíciles de pensar hace un par de años.
Evidentemente, el paso por la pandemia que nos afectó recientemente no fue en vano. Luego de haber sufrido la cuarentena y el teletrabajo en sitios no adaptados para llevar a cabo tales tareas, este año se nota su inclusión como parte de las necesidades a resolver, de una manera mucho más natural y considerada.
Espacios como el Espacio Nº 23 – Home Office de Estudio Arhaus + Estudio Grizzo Arquitectos dedican el espacio justo y necesario del lugar disponible para trabajar mientras que el ocio que acompaña se lleva la mayor superficie y dedicación, proponiendo incluso trabajar con los pies apoyados sobre el pasto. Separado el escritorio con estantería de chapa de Ternium doblada del resto del espacio por una plataforma, se propone un diálogo con la naturaleza que toma la biofilia como punto de partida y la traslada a lugares inesperados, pudiendo estar colgado de una hamaca mientras se disfruta de un té en la propia estación que se propone para tal fin.
En el Espacio 26 – Habitación principal Viviana Melamed, no dejó de acompañar el descansar con el trabajar y el hacer actividad física. Así, entre cálidas texturas que articulan las paredes del espacio, se ubican aparatos para hacer actividad física y frente al gran ventanal, una estación de trabajo que incluye un escritorio y una confortable silla. Dormir, trabajar y entrenar se combinan en un gran espacio que comprenden tres sectores que se disponen de una forma muy etérea, inmersos en una atmósfera con espejos que reflejan las luces y las copas de los árboles.
Por su parte, los arquitectos del Espacio N° 12 – Cocina Comedor, Daniel Germani, Patricia Mezzadra y Carola Moris, no dejan de acompañar el gran espacio dedicado a este uso tan cotidiano con una gran superficie dedicada a la recreación a través de un jardín de invierno donde se puede compostar, cultivar o simplemente pasar el tiempo en un sitio que por sus características espaciales resulta diametralmente opuesto al propuesto para comer. Así, un espacio es más controlado, estructurado y cromáticamente correcto en su expresión y en el otro, la presencia del verde configura un lugar claramente pensado para desconectar.
Estas y otras expresiones como las que se pueden ver en el Espacio Nº 34 – Patio + Arte de Desiree de Ridder+ + Grupo Charco, donde la presencia de los allí llamados “guardianes” custodian la biodiversidad e invitan a conservar el medio ambiente inmersos en el jardín, forman parte de la ya esperada incorporación de la sustentabilidad, como acto cotidiano pero también a partir de las materialidades propuestas. Paños de vidrios con carpinterías sustentables de PVC de Tecnoperfiles o aceros de Ternium acompañan los espacios y aportan desde sus posibilidades para lograr espacios más respetuosos del nuestro planeta.
Los biomateriales de la artista Laura Lumi, puestos como decoraciones que navegan entre cuadros y tapices no podrían haber sido más acordes al Espacio N° 14 – Bar | Carla Barconte + Carolina Estelles + Mariana Paccieri donde se invita a experimentar con los sentidos. Las composiciones no dejan de asombrar e incorporar la tan esperada cuota de sustentabilidad.
Este año quizás más que nunca, como reconoce la arquitecta Melamed en una entrevista a este medio,
“…hay que pensar un espacio desde la función real, tal y cuál lo hacemos con nuestros clientes..”.
Aquella función real excede incluso lo estrictamente necesario para incorporar la posibilidad del escape del encierro que nos producen nuestras cuatro paredes, que resultó ser indispensable para nuestro diario transcurrir.
