Ha pasado una nueva edición de BATEV donde las 100.000 personas que concurren año a año han encontrado una serie de novedades, lanzamientos y tendencias en los más de 160 stands en La Rural.
Se podían disfrutar de múltiples apuestas de parte de las empresas para atraer a la concurrencia las que apelaban a recursos bien diferenciados. Algunos poseían llamativas estructuras como las del Stand de Tarquini el cual, a través de una serie de planos trabajados con sustracciones componía un espacio dinámico que permitía ir adivinando las distintas instancias a la vez que mostraba los diferentes tipos de terminaciones que ofrece la marca. Otros stands, como el de Llana utilizaban la altura como elemento diferenciador, logrando un agradable espacio en entrepiso.
De entre las estrategias empleadas, la de la empresa Telgopor se hacía escuchar, al tener un DJ que conjuntamente con efectos lumínicos muy logrados transportaban a los espectadores a una discoteca. El público bailaba animosamente y registraba con sus celulares el momento.
En el otro extremo de la Feria, el local de la revista Plot invitaba a un momento de relax. Con pocos recursos tanto materiales como cromáticos, el Stand dedicaba la mayor parte de su espacio a una suerte de living descontracturado con banquetas, bancos, y almohadones para disfrutar una cómoda lectura de la revista.
Como nota de color, no deja de ser llamativa la presencia de empresas chinas. Con una docena de empresas presentes en el predio de la feria, ofrecían en sus despojados stands desde perfiles metálicos hasta revestimientos sin dejar de exhibir orgullosos su estandarte nacional.
Una BATEV versión diferenciada.
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