por Andrés Muñoz, arq.
Hace poco más de un mes en la ciudad de Milán, Italia, murió Tomás Maldonado. Artista, pintor, teórico del diseño argentino y diseñador industrial. Fue esencial para el Movimiento Arte Concreto-Invención, postulando el arte abstracto, racional, armónico y ordenado.
La metodología de sus diseños industriales lo llevó a dar clases en la Escuela de la Bauhaus y en la Escuela de Ulm -Hochschule für Gestaltung-, para terminar siendo director de la última. Ambos lugares referentes indiscutidos del diseño Alemán de exportación. Fue también profesor en Princeton, la Universidad de Bolonia y el Politécnico de Milán.
En el año 2013, el entonces jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, distinguió como Personalidad Destacada de la Ciudad de Buenos Aires al artista y diseñador argentino Tomás Maldonado, a quien señaló como «una gran fuente de inspiración para tantos jóvenes apasionados por el diseño».
Como diseñador industrial trabajó para marcas como Rinascente, Upim y la célebre Olivetti. Sus obras pueden verse en el Museo Nacional de Bellas Artes, donde ya se le ha dedicado una exposición en el año 2007, denominada “Tomás Maldonado: un itinerario”, que mostraron sus más de cincuenta años de obra, entre 1945 y 2006.
Visitarlo será reencontrarse con aquél espíritu rebelde e «insoportable», como el mismo lo definió en una entrevista que dio hace algunos años, y que perdurará por siempre entre nosotros.