Ubicación : Rosario
Tipo : obra construida
Proyecto y Dirección : Tomas Balparda, Fernando Brunel
Colaboradores : Gerónimo Galli , Galatti Constanza, Valle Facundo, Testa Agostina, Mascetti Franco, Colombo Antonela, Sobrero Florencia, Del Rio Manuel, Degiorgio Bruno
Año : 2021
Superficie : 700
Fotografía : Javier Agustín Rojas
Asesores : Ingeniería: Lucas Jove / Paisajismo: Vignau Paisajismo
Proveedores : Aquagas, CHAR Amoblamientos, CICCIOELEC, Chaos Group, Color Plus Pinturerias, HIPERMAT, IVANAR, Pavitec, Proios & Cia, Ricci, Robert McNeel & Associates, Venthal

Edificio Morrison | BBOA

El encargo de este Proyecto tiene lugar en Fisherton, un Barrio residencial suburbano hacia el oeste de la ciudad de Rosario, Argentina; cuyo origen data de finales del 1800, como consecuencia del desarrollo de las Infraestructuras del Ferrocarril Central Argentina, que vincularían la ciudad hacia el oeste del país. Inicialmente concebido como sector de quintas y chacras donde habitaría el personal jerárquico de las compañías a cargo de los FFCC; en su mayoría provenientes de Inglaterra, dando lugar a la aparición de construcciones de marcada tendencia estilística acorde a la Arquitectura Inglesa del siglo XIX; grandes casonas de ladrillo a la vista, perímetro libre, cubiertas inclinadas, conformadas por varios ‘cuerpos’, situadas dentro de grandes porciones de tierra con prominentes jardines y arboledas tupidas.

Desde entonces, el sector fue atravesando ciertos cambios tendientes a la densificación del tejido, pero manteniendo los trazados originales de calles. En sus inicios, la división de la tierra se organizó en función de grandes parcelas, superiores a los 5000m2. En una segunda etapa, alrededor de las décadas ´70 -´80 comienza a observarse una subdivisión de las parcelas próximas a los 1500m2 – 2000 m2 para viviendas unifamiliares, principalmente de clase alta. Parte de la arquitectura original del lugar comenzó a ser sustituida por nuevas construcciones, orientadas a mantener ciertos recursos formales, estilísticos o materiales existentes en el sector. Hoy en día, son escasas las construcciones que permanecen originales y sin alterar, que denotan el auténtico carácter y la identidad de esta porción de ciudad, siendo una de ellas la vieja Estación del Ferrocarril. No obstante, el predominio de grandes arboledas, cercos tupidos y florecidos, ‘veredas de césped’ y casas de perímetro libre siguen siendo los rasgos predominantes del sector.

En la actualidad, el Barrio se encuentra en las primeras etapas de un nuevo proceso de densificación del suelo, donde los lotes de 1500 m2 y 2000 m2 dejan de ser lugar para viviendas unifamiliares de gran superficie; y se convierten en destino de conjuntos de viviendas multifamiliares de menor superficie exclusiva.

El encargo de este Proyecto consiste en un conjunto de viviendas de siete unidades iguales de 100m2 cubiertos cada una, ubicada en una parcela de 1500m2 de superficie. Esto suponía una densificación del suelo tres veces mayor a la predominante en el sector; así como también la repetición de un mismo elemento construido, lo cual representó un gran desafío, dada la condición de diversidad y alto grado de diferenciación en la edificación existente del sector.

En este sentido, se desarrolló una serie de hipótesis y variables acerca de cómo deberían ser estas nuevas pequeñas casas, y cuáles eran los valores a rescatar del contexto en el que se implantaban. El programa requerido implicaba una densificación de lo construido comparable con la existente en los barrios más consolidados del centro de la ciudad; sin embargo, la intención se centró en no desatender aquellos rasgos considerados valiosos del entorno.

Por otro lado, uno de los requisitos inamovibles del encargo consistía en que las casas tuvieran la misma distribución, superficie, cantidad y tipo de locales. El desafío del desarrollo se convirtió en conseguir, a partir de la misma planta, siete casas que fueran singulares dentro del conjunto; que presentaran alguna particularidad y que pudieran distinguirse una de otra, mediante leves alteraciones o diferencias; para evitar de este modo la percepción de repetición infinita que pudiera traducirse en paisaje monótono. Interpretando el espacio abierto intermedio como herramienta que permitiría dicha intervención, serían las expansiones de cada casa las que darían singularidad a cada una de ellas, por sur proporciones, por su relación con la luz y la sombra, y por su relación con cada casa contigua.

Para la articulación del conjunto se recurrió a una serie de decisiones, siendo una de ellas la configuración de un recorrido peatonal, interno a la parcela, de recta, curva y contra curva. Este recorrido sinuoso posibilita la observación particularizada de casas. A su vez, aplicaron una serie de rotaciones en planta e inclinaciones de las cubiertas para acentuar la condición de singularidad de cada unidad. En este sentido, se suman otras decisiones de menor escala, como ciertas variaciones en las aperturas, en su tamaño o en la adición de un filtro visual.

En el interior, se buscó recrear el funcionamiento de una vivienda tradicional, logrado a partir de condensar el programa duro en un único volumen de madera ubicado en el espacio, exento de los muros perimetrales, circulable en sus cuatro lados, y articulador del espacio en sus diferentes situaciones como el acceso, escalera, cocina y estar. En la planta alta, se optimiza la espacialidad del programa, en escasa superficie, a partir de las cubiertas inclinadas que otorgan cierta homogeneidad geométrica en relación al exterior.

En síntesis, la propuesta pretende retomar aquellos valores que se entienden como característicos del entorno, y trasladarlos a un nuevo programa para el sector, el de Vivienda Colectiva; interviniendo de manera respetuosa en el sitio.

Características
BBOA
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