por Andres Muñoz arq
La utilización de este material de origen chino como insumo para la construcción no ha sido parte del repertorio de opciones posibles en el mundo occidental. En cambio, sí lo fue del mundo oriental. Su empleo en las viviendas tradicionales japonesas como cerramiento tanto exterior como en divisiones internas es de larga data. De las antiguas cortinas de bambú se pasó a un sofisticado elemento modular, corredizo y traslúcido. Frente a los numerosos sismos que se sucedieron a lo largo de la historia en Japón, estas estructuras mantuvieron a salvo a sus habitantes.
No fue hace mucho que Shigeru Ban resolvió rápidamente la habitación de miles de afectados de los tsunamis con una estructura realizada en cartón y papel. Y repartió sus consejos en otras catástrofes recientes, como los terremotos en Italia el año pasado. De hecho, el arquitecto tiene numerosas obras en las que utiliza estos materiales que van desde viviendas hasta programas culturales como salas de Conciertos y Museos.
Tal vez por moda, tal vez por toma de conciencia, la utilización de materiales reciclables en la construcción viene tomando fuerza. De entre todas las posibilidades, una de las que aparecen como menos exploradas en nuestro territorio es la inclusión del papel. Hay una serie de líneas de trabajo que desde organismos oficiales se vienen desarrollando, como las del Centro Experimental de la Producción, arquitectura y tecnología apropiadas a la emergencia (CEP ATAE) la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (FADU-UBA) o las del Centro de la Vivienda Económica (CEVE) de Córdoba, por mencionar algunas.
En el marco de Proyectos de Investigación con sede en la FADU-UBA, el CEP ATAE trabaja, entre otras cosas, en el desarrollo de “…distintas fórmulas utilizando papel reciclado, fibras naturales mezcladas con una pequeña proporción de ligantes (…) que sean apropiadas para fabricar Materiales Constructivos durables, económicos, de bajo peso y con buena aislación térmica…”, tal como indica la página web del proyecto.
Los antecedentes de este tipo de materiales se remontan a la década del ´60 en Reino Unido y Estados Unidos. Desde el 2013 vienen desarrollando bloques de distintas características y placas de revestimiento, para aislación acústica, para cielorrasos, bovedillas, entre otros. Cuentan con pruebas preliminares de comportamiento ante los factores ambientales, fuego (realizados en el INTI) y acciones mecánicas. También hay algunos casos de aplicación como construcciones experimentales y rehabilitaciones edilicias.
Más info del CEP ATAE haciendo click acá.
Por su parte, el CEVE, está desarrollando un abanico más amplio de tecnologías constructivas que van desde sistemas constructivos a componentes y nuevos materiales. Hace algunos años construyeron en Córdoba seis viviendas con bloques de papel reciclado y cáscara de maní con ligantes. Técnicamente, el bloque posee igual resistencia que los convencionales además de ser un 70% más liviano y excelente aislante térmico.
Más info del CEVE haciendo click acá.
Evidentemente, las posibilidades actuales de una verdadera inclusión del papel como material constructivo, van mucho más allá de un mero empapelado interior. Su combinación con otros materiales dan como resultado una serie de posibilidades que lo transforman en material portante y lo alejan de la sensación de precariedad al cual se lo suele asociar. Quizás no pase mucho tiempo hasta que salga de los laboratorios y se transforme en un material disponible comercialmente.
Otros emprendimientos que utilizan materiales reciclables:
https://guia-construccion.com/primera-casa-construida-con-ladrillos-pet-en-junin-de-mendoza/
Contemplando las características de cada región afectada por los recientes sismos, huracanas y demás
sucesos producto del cambio climático, se debería tomar en cuenta este tipo de construcciones para
aliviar las profundas crisis sociales que implican.,