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CASAS PASIVAS Y ETIQUETADO ENERGÉTICO DE VIVIENDAS

CASAS PASIVAS Y ETIQUETADO ENERGÉTICO DE VIVIENDAS

Construir casas pasivas hoy se convirtió en uno de los objetivos más necesarios para poder optimizar los recursos de los que dispone el planeta. Hasta hace un tiempo la construcción de una vivienda clásica no se ocupaba de mantener características que logren confort y que al mismo tiempo reduzcan el consumo de energía. Pero esto fue cambiando poco a poco por el aumento del precio de la energía, como el gas, petróleo o carbón y por la necesidad de llegar a la neutralidad de carbono en el 2050.  Por eso es necesario replantear el tipo de viviendas que se necesitan para cuidar el planeta.

Una casa pasiva es un tipo de vivienda con una construcción determinada que genera una reducción importante del gasto energético. Cuando se habla de casas pasivas, se refiere a viviendas de obra nueva ya que se crea con un diseño ideado para ese fin, aunque es posible transformar en pasiva una casa ya construida. Según estudios, habitar una casa de estas características, puede hacer que se ahorre un 75% o más en el gasto de la energía tanto para calentar con calefacción, como para refrigerar a través del aire acondicionado.

“La importancia de la eficiencia energética dentro de las viviendas supone una serie de ventajas fundamentales a la hora de ahorrar mes a mes en las facturas de energía, contribuir para lograr una vivienda pasiva y la sostenibilidad del planeta”,

comenta Silvina López Plante, integrante del grupo de instituciones por el etiquetado energético de viviendas.

Para que una vivienda logre un mejor uso de la energía y reducir así su consumo, es clave primero cuantificar su requerimiento energético”, 

agrega.

Para esto existe lo que se conoce como la Etiqueta de Eficiencia Energética, un documento que muestra el requerimiento de energía que requiere la propiedad para satisfacerlas necesidades de calefacción, refrigeración, calentamiento de agua sanitaria e iluminación, según cómo fue construida y las instalaciones con las que cuenta y su emplazamiento, asegurando confort higrotérmico interior. La etiqueta al igual que en los electrodomésticos, indica la eficiencia con letras de la A (inmueble eficiente energéticamente) hasta la G (inmueble sin eficiencia energética). Al comprar o alquilar una vivienda, la calificación energética debería ser un dato obligatorio por parte del vendedor o del locatario, para que se pueda tomar la decisión correcta, si alquilar o comprar, o no hacerlo; qué tipo de refacciones hacer, como aislar térmicamente la vivienda para mejorar la etiqueta; o reemplazar electrodomésticos por aquellos de bajo consumo. La mejora de la eficiencia energética de espacios habitables puede ayudar a reducir el consumo de energía para acondicionamiento térmico interior en más del 50%, lo cual impactará tanto a nivel individual como a nivel nacional

A partir de este contexto y la creciente necesidad de reducir el consumo energético, el equipo técnico del comité organizador del Congreso Argentino de Etiquetado Energético de Viviendas, destaca los 6 beneficios que brinda el etiquetado de eficiencia energética en las viviendas:

1.    Reducción del consumo de energía. Conocer las características constructivas y las instalaciones de una vivienda permite identificar las causas que producen humedades y patologías, déficits en la calefacción, falta de confort, entre otros problemas que generan aumento del consumo energético.  Identificando estos puntos de conflicto, se puede actuar sobre ellos para eliminar problemas y disminuir el uso de equipos de calefacción y climatización, reduciendo la demanda de energía. 

2.    Ahorro económico. La reducción del consumo de energía se refleja directamente en la disminución de los valores de las facturas de electricidad y gas, pero manteniendo condiciones ideales de confort higrotérmico. Hacer reformas o mejoras en una vivienda para mejorar su etiqueta es totalmente rentable ya que permite ahorrar en los servicios.

3.    Diferenciar en el mercado inmobiliario. A la hora de querer vender o alquilar una vivienda que tenga etiqueta de eficiencia energética, esta permite comparar entre las que son más eficientes y las que no lo son, lo que pone en valor al inmueble y lo hace más atractivo destacándolo del resto.

4.    Mejora las condiciones de confort. Una vivienda con calificación A, requiere muy poca calefacción durante el invierno y menos necesidad de aire acondicionado en verano manteniendo sin embargo excelentes condiciones de confort higrotérmico interior. Esta condición representa un gran beneficio para la salud, ya que no se generan afecciones de tipo respiratorio, lo cual implica menos visitas al médico y tratamientos. Las mejoras que se apliquen en las viviendas, no solo aumentan la calificación de la etiqueta, sino que mejoran las condiciones de confort, bienestar y salud de sus ocupantes.

5.    Respeto por el medio ambiente. Consumir menos energía hace posible reducir el consumo de muchos recursos naturales no renovables, lo que contribuye a preservar y cuidar el medio ambiente y la salud del planeta en general y no menos importante disminuir las emisiones de CO2 causantes del cambio climático con los que la mayoría de los países y la Argentina entre ellos, se han comprometido a reducir considerablemente para el 2030 y 2050.

12 enero 2024No comments, casas pasivas | sustentable
¿Es la casa la mejor vacuna que se inventó hasta ahora contra el coronavirus?

por Andrés Muñoz, arq

En el último mes, numerosos foros que nuclean a arquitectos en las redes sociales y perfiles de profesionales, muchos de esos mis amigos y conocidos (todos colegas), se replicaba una frase que en principio parece simpática y quizás uno mismo le dio el codiciado (y algo inconsciente) “me gusta” o incluso lo compartió. Repetida en numerosos memes que también circularon en otros idiomas, la frase “Hasta ahora, la mejor vacuna contra el Covid-19 fue hecha por arquitectos: la casa” quizás fue compartida por diversión, pero quizás algunos la tomaron en serio. Aún más, algunos memes nos ponen en pie de igualdad con los médicos preguntando si “no hay un aplauso para los arquitectos (ya que) finalmente somos los primeros en diseñar la mejor vacuna que hay hasta el momento contra el covid-19… tu casa!”.

A modo de portaestandarte de nuestra profesión se nos henchía el pecho pensando de qué manera ejemplar habíamos colaborado con la pandemia. Y que quede claro, no es que no podamos colaborar desde nuestro lugar y apoyando con el diseño las nuevas medidas de distanciamiento social, creando mejores espacios para aplicar los protocolos de esterilización vigentes o repensando la ciudad post-pandemia por mencionar solo algunas, pero lo haremos según nuestro leal saber y entender y será el producto de un verdadero acto reflexivo.

La frase tiene su sentido, claro, reinterpreta y refuerza sin lugar a dudas el pedido encarecido que realiza y difunde el gobierno de “quedate en casa” o de “Ahora mismo, la mejor vacuna contra el Covid-19 es quedarse en casa», en su versión más extendida. Es que, efectivamente, la historia ha probado a partir de pandemias anteriores que ante la ausencia de una vacuna, la única medida que evita el aumento de los contagios es la cuarentena. Pero si parece demostrar cierto desconocimiento de la realidad arquitectónica de nuestras ciudades, sin ánimo de ofender a mis colegas.

Recordemos que las estimaciones indican que los arquitectos son responsables de entre el 2 y el 20 por ciento de las casas y hogares que se construyen. Históricamente, nosotros simplemente nos apropiamos de algo que la sociedad en cualquier parte del mundo venía haciendo por sí misma, sin necesidad de un “obrero principal” que se lleve los laureles y que encima desmerecemos al llamarle “arquitectura vernácula”. Además, no nos olvidemos, hay gente que no tiene casa o tan siquiera un techo sobre sus cabezas, pero tranquilos que ellos no se ofenderán porque tampoco cuentan con acceso a internet.

Tenemos quizás cierto “complejo de superioridad” que puede ser que nos dificulte ponernos en contexto, ya que todas las otras tareas y ocupaciones son nobles y esenciales para el desarrollo de la vida. Pensemos sino en todas las personas cuyas ocupaciones -muchas veces mal pagas y poco tenidas en cuenta- ahora permiten que nosotros, los Señores Arquitectos nos quedemos en casa, una prueba más de lo poco útiles que somos en estos tiempos.

Esta práctica de auto adulación es quizás la que ha hecho que nuestra profesión sea muchas veces percibida como un tanto frívola, evidentemente no somos la solución a todos los problemas del mundo. Y si esto es lo que terminamos transmitiendo en nuestras facultades, quizás hay algunas cosas que -como formadores de otros profesionales- debemos revisar. Mantengámonos humildes frente a la mágica disciplina de la que formamos parte. Dejemos mejor que nuestro trabajo hable por nosotros, no nuestros títulos.

28 abril 2020No comments, , arquitectos | coronavirus | covid-19 | pandemia | profesionales | vacuna
Proxémica aplicada a la pandemia | Una nueva dimensión oculta

Por Andrés Muñoz, arq.

“La dimensión oculta” es un libro de 1966, escrito por Edward Hall, un antropólogo e investigador intercultural estadounidense que introduce unos años antes del libro el término “proxémica” para describir las distancias interpersonales mientras se interactúa, vocablo que también refiere a un conjunto de interpretaciones acerca del empleo y condicionantes que impone el espacio a cada una de las personas y grupos sociales.

La teoría consiste en una serie de estudios culturales acerca del espacio que rodea a cada uno de nosotros, que se traducen fácilmente en burbujas que encierran distancias, íntimas (hasta 45/50 cm), personales (hasta 120 cm), sociales (hasta 350 cm) y públicas de hasta 900 centímetros. Se trata de una esfera que determina la comodidad o incomodidad al estar en relación con otras personas en un determinado ámbito espacial que también influye. A cada una de éstas le corresponden una serie de factores que intervienen y de características específicas, fácilmente demostrables. Si tomamos los extremos, podemos decir que en una distancia íntima se percibe el perfume y no es necesario elevar la voz ya que basta con susurrar para ser escuchado, mientras que en una distancia pública estaremos frente a una situación -que por ejemplo podría ser la de una clase- donde las características físicas del disertante pasan a un segundo plano y se hace necesario proyectar la voz.

Sumado a esto, la variación cultural es un factor muy importante, porque demuestra tener grandes diferencias entre los latinos y sajones, por ejemplo, verificando menos distancia entre los primeros y mucha más entre los segundos. De hecho estuvo circulando en las redes sociales un meme que mostraba la nula diferencia que se verifica en los países escandinavos antes y después de las medidas de distanciamiento social, donde incluso saludar puede ser mal visto.

Lamentablemente para nosotros, la distancia entre íntima y personal que solemos usar los latinos con amigos y familiares queda suprimida y relegada a una distancia social (según los expertos de un metro y medio o dos), que mantendríamos con gente a la que no necesariamente le tenemos confianza. Perderemos los detalles y expresiones del rostro mientras vemos el cuerpo entero, estando impedidos de poder tocarnos. La voz, si bien tiene un volumen normal, hace que nuestra conversación incluso pueda ser escuchada por otras personas ajenas al núcleo.

Sin embargo, gracias a la tecnología, éste contacto está siendo frecuentemente reemplazado por una fría imagen de plástico pixelada, lo único que podremos dejar entrar en nuestra burbuja de convivencia cotidiana. Ante esto, el costo emocional para nosotros ha de ser altísimo, además de no saber con precisión hasta cuándo tendremos que modificar nuestras costumbres casi intuitivas, con las que nos hemos criado y tendemos a mantener en nuestra vida.

Quizás los espacios, como lo hacen en la teoría de Humphry Osmond, deberán ser modificados para que no nos inviten a estar juntos, transformándose en espacios sociófugos. Así lo denominó el Doctor, el cual en el siglo XX observó el comportamiento de grupos en distintos espacios y descubrió que algunos tienen a mantenernos apartados (como el hall de una estación de tren) y otros tienen a reunirnos, denominado a éstos espacios sociópetos. Los equipamientos también tendrán una gran importancia en éstos, colaborando con esa condición. Así, por ejemplo, en Italia, proponen mesas de restaurant con separadores de acrílico, tal como los confesionarios de las iglesias, estaremos separados de nuestra cita por un límite virtual -aunque no visual- que impedirá el mutuo contagio.

Los espacios, el equipamiento y por ende la arquitectura tendrán mucho que aportar para ayudarnos a convivir en una nueva etapa de distanciamiento social, ¿estaremos listos para el desafío?

22 abril 2020No comments,
Hasta siempre Noldi | Otro de los protagonistas indiscutidos de la FADU

por Andrés Muñoz, arq.

La Sociedad Central de Arquitectos, la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA y la de la La Plata, a través de su Secretaría de Comunicaciones, Instituciones como ALADI, distintas cátedras de la FADU como Torres de la material Dirección y Legislación de Obra o D´Andrea de Paisaje, el Taller MYVS de Taller, el ex Decano Jaime Sorín y varios medios como ARQ de Clarín, entre otros han manifestado en las redes su pesar ante la partida de otro de los personajes por excelencia de la FADU.

Es que, en el último año también nos dejó Sánchez Gómez y Juan Molina y Vedia, otros dos profesores históricos de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo.

Desde la FADU y la SCA recuerdan que Arnoldo Gaite nació en la ciudad de Santa Fe en 1934, donde completó estudios en Bellas Artes y recibió el título de Técnico en Construcciones de la Universidad del Litoral en 1953. En 1962 se graduó de Arquitecto egresando de la Universidad de Buenos Aires en donde discípulo y luego colaborador del maestro Wladimiro Acosta.

A lo largo de su vida, alternó la actividad de su estudio profesional dedicado a obras de arquitectura y diseño con funciones públicas y la labor docente. Sus obras y proyectos han sido publicados en varios medios nacionales y extranjeros y han sido objeto de varios premios.

Fue Director por Concurso de la Escuela de Diseño y Artes Visuales de Santa Fe, Profesor de Arquitectura en las Universidades del Nordeste y de Buenos Aires hasta 1966, en 1984 vuelve a ser Profesor Titular Regular de Arquitectura en la Universidad de Buenos Aires, dirigiendo su taller de Diseño y Experimental de Técnicas.

Fue Gerente Técnico de la Comisión Municipal de la Vivienda en 1984-1985, realizando los proyectos de ocho barrios para el Plan Nacional (cuatro ya construidos) e integró la Comisión Asesora que dió origen a la creación de las Carreras de Diseño Gráfico e Industrial. En 1985 fue electo Consejero Profesor y luego Vicedecano de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (períodos 1986-1990 y 1990-1994).

Desde 1992 dirigió la Cátedra Libre Wladimiro Acosta, destinada a la difusión del pensamiento arquitectónico, desarrollando el Programa HELIOS, y llevando a cabo numerosas publicaciones, conferencias y seminarios.

Es autor de numerosos escritos y libros de los que seguramente tuvimos algunos entre las manos, entre ellos: “Wladimiro Acosta”, “La arquitectura considerada como elemento biológico”; “Vivienda social: el derecho a la arquitectura”; “El proyecto de la vivienda económica”; “Imaginarios urbanos”: “Vivienda y región: arquitectura apropiada”; “Aproximaciones al Diseño”, “Tipología: Apuntes para una investigación”, y “Desarrollo urbano y vivienda, Introducción al estudio de la acción del Estado”. En este último se realza, a modo de síntesis, “La necesidad que el hombre tiene de una casa no es únicamente de orden material: entra de lleno en el aspecto social y moral de la vida”.

Actualmente se dedicaba a la investigación y se desempeñaba como Profesor Consulto de la FADU-UBA y aunque su salud le jugaba una mala pasada desde hacía tiempo, él le hacía frente y seguía adelante.

Siempre se recordará a Noldi con mucho afecto, como a una gran persona, gran colega y profesor, protagonista indiscutible de la Facultad en la que tantos de nosotros nos formamos.

8 abril 2020No comments
Un Pritzker con perspectiva de género | Yvonne Farrell + Shelley McNamara

por Andrés Muñoz, arq.

Acercándonos al Día Internacional de la Mujer y en un contexto social donde los movimientos feministas han logrado mayor protagonismo es una buena noticia que se reconozca, con un galardón tan significativo como este, a un estudio de arquitectura encabezado por dos mujeres.

Efectivamente, las arquitectas que forman el estudio irlandés Grafton Architects, se convirtieron en la cuarta y quinta arquitectas mujeres en ser premiadas. Las anteriores fueron Zaha Hadid, la primera en 2004, la japonesa Kazuyo Sejima la cual lo recibió junto a Ryue Nishizawa en 2010 y Carme Pigem, a quien se le concedió junto con Rafael Aranda y Ramón Vilalta en 2017.

El estudio, prácticamente fuera de la órbita de conocimiento local ha recibido varios permios, entre ellos la medalla de oro que otorga el RIBA, por sus siglas en inglés, Royal Institute of British Architects (Instituto Real de Arquitectos Británicos) y fueron las curadoras de la Bienal de Arquitectura de Venecia, en 2018.

Pero, ¿quiénes son éstas arquitectas? Bueno, ambas son graduadas de la Universidad de Dublin, Irlanda en 1974, donde también enseñaron arquitectura hasta e 2002, para mudarse a la Accademia di Archittettura en Mendrisio, Suiza. Tan sólo cuatro años después de recibidas fundan el estudio.

Su proyecto más conocido y premiado, no nos es tan lejano, ya que se trata de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC) en Lima, Perú. De hecho, los edificios con carácter educativo parecen ser su especialidad. Por lo que se puede leer en la memoria del proyecto, se denota una lectura sensible del entorno y una respuesta acorde, al materializar una suerte de acantilado artificial, que toma como punto de partida la propia geografía del lugar. En el interior, la circulación enmarca vistas al entorno y se propone como un lugar de encuentro e interacción social siguiendo una estructura clásica de distribución en altura, donde los espacios con mayor afluencia de gente se ubican en planta baja y los más restringidos hacia arriba.

Su aporte como marco conceptual en la Bienal de Venecia a partir del concepto de “espacio libre” parece un poco laxo, donde la propuesta es -justamente- ofrecer la oportunidad de imaginar cualquier cosa. De acuerdo al Jurado que decide premiarlas, se reconoce cierta tendencia a las tipologías educacionales y menciona al edificio construido en Perú junto a otros, donde se reconoce cierto esfuerzo del por captar el genius loci, al materializar una obra contextualizada, independientemente de su escala. Por lo demás, el resto de su obra parece responder a la expansión del International Style en el propio epicentro del poder.

Si querés conocer más de su obra, hacé click acá!

Y acá si querés leer más sobre otros ganadores del Pritzker:

4 marzo 2020No comments, mujeres | perspectiva de género | pritzker
Los Simpson lo predijeron | Escalera a ningún lugar en Buenos Aires

por Andrés Muñoz, arq.

 
Según la página wikisimpsons (www.simpsonswiki.com), la “escalera a ningún lugar” (escalator to nowhere en su idioma original) es una gran escalera en Springfield. Está ubicada cerca del Monorail, la Lupa de 50 pies (50ft Magnifying Glass) y el Rascacielos de palitos de helado (en inglés Popsicle Stick Skyscraper que fue mal traducido al español como “rascacielos de cartón pintado”).

La idea central de la escalera mecánica es que cuando una persona llega a la cima, la misma cae a ningún lugar (o a lo que sea que esté por debajo). La escalera aparece en el celebérrimo capítulo denominado “Marge vs. the Monorail” (S4, E71), ese en el cual la ciudad decide instalar una infraestructura de transporte excesiva y en mal estado que casi produce una catástrofe. Hacia el final del capítulo la obra se suma a otros “fracasos edilicios” entre los cuales está el que nos ocupa.
La propuesta no es la única, situaciones de circulaciones que no llevan a ningún lugar se multiplican en distintas partes del mundo. Incluso uno de los edificios con mayor carga simbólica construidos que existen, el Museo del Holocausto Judío de Berlín del arquitecto Daniel Libeskind, también tiene una escalera que no lleva a ningún lado.
La escalera principal, que sale de uno de los pasillos del sótano, es recta y está colocada limitando con una de las fachadas del edificio. Cada dos descansos se puede acceder a cada una de las plantas del museo, salvo a la última. La escalera culmina en un algunos escalones que hacen que, de seguirlos, uno se choque contra la pared. La gran carga expresiva puesta sobre la intención es tal que incluso posee una baranda.
Volviendo a Buenos Aires, a principios del año pasado se instaló en Diagonal Norte y Cerrito una grada con el objetivo de convertirse en un “nuevo hito” (según se lo denominó) y contiene por debajo un centro de monitoreo de cámaras de seguridad de la Policía de la Ciudad, para prevenir el delito.

Los medios locales lo anunciaron con bombos y platillos, Clarín tituló “Como en Times Square, Buenos Aires tendrá una escalinata panorámica”, cuando en realidad la grada tiene vistas hacia la propia Diagonal Norte y otorga un primerísimo primer plano de la boletaría de entradas con descuento al teatro, en vez de permitir contemplar al monumento por excelencia de la porteñitud, el Obelisco, al que técnicamente le da la espalda.
Quizás, quienes más lo disfruten sean los turistas -que cada vez son más- y así se pueden apoyar en la baranda para obtener un mejor recuerdo fotográfico de su paso por Buenos Aires, probablemente siendo totalmente inconscientes de que esta escalera a ningún lugar hace que nuestra ciudad se parezca cada vez más a un dibujito animado.
Si querés ver más de los Simpson en nuestra ciudad, seguí leyendo acá:
https://guia-construccion.com/duplitectura-a-la-oriental-los-simpsons-llegaron-al-conurbano-bonaerense/
 

19 febrero 2020No comments,
MSGSSS sin SG | Adiós Maestro Javier Sánchez Gómez

por Andrés Muñoz, arq.

 
Desde muy diversos ámbitos, todos frecuentados por el arquitecto, surgieron diferentes comentarios y recordatorios a la figura de Javier Sánchez Gómez. Es que el pasado domingo 9 de febrero se produjo su lamentable deceso.
La SCA (Sociedad Central de Arquitectos), el CPAU (Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo) y Moderna Buenos Aires emitieron sus comunicados desde el lado Institucional; la Secretaría de Comunicación en representación de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) donde también las Cátedras Amette, y TSLS/Ledesma así como agrupaciones políticas como Graduados Corazón tuvieron posteos a través de sus redes y páginas web.
Por su parte, la SCA lamentó el fallecimiento resumiendo su currículum vitae el cual, tal como figura en la página web del estudio, recordó que actualmente era Profesor Emérito de la FADU y titular del Estudio Manteola, Sánchez Gómez, Santos, Solsona, Sallaberry desde sus inicios.
Graduado en 1962, se destacó también en la docencia, fue Profesor titular de la materia Diseño Arquitectónico desde 1984, fue Secretario Académico de la FADU con la normalización de la Facultad al regreso de la democracia y durante su gestión se crearon las carreras de Diseño Gráfico y Diseño Industrial en la FADU.
En su trayectoria profesional y junto con su Estudio, es autor de un enorme volumen de obra. Allí realizaba tareas de proyecto, trabajando especialmente en temas relacionados a grandes conjuntos de vivienda urbanos y suburbanos, urbanizaciones y centros de recreación.
El Arq. Sánchez Gómez fue durante décadas miembro del Colegio de Jurados y Asesores de Arquitectura de la SCA y representante del Claustro de profesores en el Consejo Directivo de la FADU-UBA. En 2015, la SCA reconoció la trascendencia y permanencia de su labor profesional y docente en varias generaciones de colegas, al entregarle el Premio Trayectoria.
El CPAU y la FADU también resumen su CV y participan o comunican con pesar en su fallecimiento, en ese orden. La Presidenta del CPAU, Valeria del Puerto, le dedica unas palabras en su memoria y extrae frases que el mismo Arquitecto ha pronunciado, entre ellas destaca:

“Yo estudié en una buenísima facultad, gratis. De alguna manera, le tengo que devolver algo”, dijo quien dejó con creces lo que ahí obtuvo. Fue, como él mismo se describió, un bicho de Buenos Aires. “No me iría a ningún otro lugar que no fuera Buenos Aires” Y no se fue. No se irá porque su impronta quedará en sus alumnos, en los colegas que compartieron con él, en quienes tuvieron la posibilidad de conocerlo más de cerca.”

La Dirección Carrera de Arquitectura comunica con mucho pesar, gran cariño y profundo respeto y agradecimiento, despiden al Profesor y cierra:

“Siempre lo recordaremos como un gran profesor protagonista de nuestra facultad y un enorme profesional y representante de la arquitectura argentina”.

De todas, quizás las palabras más emotivas las expresó el arquitecto Roberto Busnelli, ex alumno de los 5 niveles del Taller Sánchez Gómez y ex docente del mismo.
Él relata:

“Desde el principio siempre me asombró la pasión, la claridad y la simpleza con la que Javier transmitía sus conocimientos y vivencias a los estudiantes y al equipo docente. Todavía recuerdo con nostalgia aquellas conversaciones junto a Campanella y Vivi Margaruchi, encargados del primer año, que nos sumergían en el mundo de la cultura arquitectónica, sin dudas fueron momentos de gran estímulo e inspiración para todos. Ese primer año Javier decide realizar un libro que registre los trabajos de la cátedra y para ello selecciona un grupo de estudiantes para redibujar los mejores proyectos del taller. Esa experiencia me permitió compartir, luego de las clases, el mundo del estudio M|SG|S|S, de modo que muchas mañanas me subía con Javier al auto y nos íbamos al estudio de la calle Florida. Recuerdo la enorme paciencia que tenía para acercarse a cada uno de nosotros, novatos de primer año, para explicarnos una y otra vez desde como “leer un contexto” hasta como “calcular una escalera”, sin dudas para Javier no había división entre el mundo de la academia y el profesional, era uno solo. Lo recuerdo siempre presente en el taller, dispuesto para que te acercaras a corregir con él, dispuesto a escuchar, informado de todo lo que allí sucedía, inquieto, generoso, siempre cerca con una palabra de aliento y con una mirada crítica y constructiva”.

Termina su comunicado recordando que a pesar del debilitamiento de su salud en los últimos años, seguía viniendo a la FADU, al taller, con el mismo entusiasmo y la misma pasión.
Y recuerda:

“La última vez que lo vi fue recorriendo la muestra de los trabajos del fin del año pasado, como un estudiante más, mezclado en la multitud, observando, compartiendo alguna sugerencia o felicitando por algún logro detectado en alguno de los trabajos allí expuestos”.

El Facebook del estudio MSGSSS, sin emitir un comunicado, se limitó a compartir una entrevista que le realizó el Arquitecto Yamil Kairuz, para Moderna Buenos Aires, hace cinco años.
Acá se las compartimos:
 

12 febrero 2020No comments
Humor para Arquitectos | Dichos y ocurrencias para profesionales y estudiantes

por Andrés Muñoz, arq

 
Según la Real Academia Española, un chiste es un dicho u ocurrencia gracioso. A veces relata un suceso gracioso o ridículo. Puede tener distintos formatos, que van desde un discurso oral a un texto, un gráfico e incluso un audio, formato hoy posible gracias al whatsapp.
No hace mucho circulaba un audio que nos hizo reír ampliamente, por muchos conocido como “Anda tranquilo arquitecto”, donde un obrero llamado Catalino describe distintas situaciones a su patrón arquitecto, un tal “Hernán”. Si no lo escuchaste, no te lo pierdas en su versión video:

El dibujo, herramienta por antonomasia de la profesión, no siempre tiene esa intención humorística, caricaturesca o crítica. A veces con texto y otras sin él en términos generales está referido a temas de actualidad de la materia.
Motivo de interpretación como herramienta comunicacional, también nuestra planimetría es motivo de chistes, como en este que sigue:

Hace unos años también había circulado una serie de fotografías -que continuamente se reedita- de “errores de la construcción” muchos de los cuales son, justamente, por interpretación de planos.

En la web hay sitios que difunden permanentemente el humor en la arquitectura, como “humorarquitectura”, que tiene cuenta de Facebook e Instagram. Hace varios años también están los comics de “Tristan Comics” quien tiene algunos personajes como “Arquímedes, el estudiante de arquitectura promedio”, o “Daniel Marquini, arquitecto”, quien fue publicado en INFOBAE durante el 2008.

Otros temas comunes tienen que ver con el uso de la computadora, la tensa relación con el comitente y el dormir, esa actividad natural que parece perderse con la carrera y muchas veces en el ejercicio de la misma.


 
Si querés seguir riéndote de nosotros mismos mirá estos memes:
https://guia-construccion.com/memes-para-arquitectos-una-exquisita-seleccion-de-nuestras-desgracias-cotidianas/

3 diciembre 2019No comments
Arquitectura del Copy-Paste | El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra

por Andrés Muñoz, arq

 
Cuando era estudiante existía un Blog que circulaba entre los estudiantes, allí se veían una serie de edificios locales acompañados de su referente internacional. “Tal obra que vimos en tal materia es copia de tal otra” o “mirá el profesor titular cómo se copió”, esos eran las primeras reacciones a la observación de lo que afirmaba el Blog, presentando imágenes de semejanza tal que al menos lo hacían a uno sospechar. Entre otros, estaba el Edificio Libertad 565 del entonces estudio Baudizzone, Lestard, Varas, un edificio de oficinas en el Barrio porteño de San Nicolás….

13 noviembre 2019No comments,