por Andrés Muñoz, arq.
¿Solicitaste la reparación de tu vereda? La página web del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ofrece a sus visitantes la posibilidad de solicitar la reparación de veredas en caso de peligro por hundimiento e insta a llamar a la línea 103 para emergencias en la vía pública. Pero, ¿es realmente eso lo que sucede con las veredas de Buenos Aires?
Distintos medios estiman cifras de entre 6 y 7 millones de pesos por día despilfarrados en “mejora” del espacio público. No sólo la coyuntura socioeconómica no permite a la moral materializar semejante improperio, sino que encima no es necesario. El presupuesto estimado en más de 2000 millones de pesos, supera con creces a lo destinado en escuelas, que es menos de la mitad de lo que se “invierte” sucesivamente en el sinfín de veces que se hacen y rehacen las veredas. Ah si, porque además parece imposible coordinar con todas las empresas que utilizan la vía pública para circular sus servicios.
Vengo observando este fenómeno en toda la zona céntrica y no tan céntrica de la ciudad hasta que mi propia vereda fue realizada a nuevo sin absolutamente ninguna necesidad. El trabajo ya lleva varios meses y aún no terminaron. Al observar en detalle la obra realizada, no sólo no es prolija y carece de resolución de detalles, sino que encima realiza cambios, cuanto menos innecesarios. Por ejemplo, la misma baldosa es remplazada por una que luce exactamente igual. Se extrajeron los cordones de granito para reemplazarlos por unos de hormigón, realizados in situ. Por el paso de los años los bordes de los cordones de piedra estaban bien adaptados y redondeados. En cambio, los bordes de los flamantes cordones de hormigón son inconstantes, deformes y llenos de imperfecciones. Los puntos que requieren más atención como los canteros de los árboles son abandonados a su suerte indefinidamente, logrando potenciar aún más el aspecto inconcluso de la obra. Pareciera que lo único importante es que las vallas amarillas ocupen mucho tiempo la vía pública y dificulten la circulación de las maneras insospechadas.
Según figura en la página del GCABA, el Organismo responsable es el Ministerio de Ambiente y Espacio Público, quien debe llevar a cabo la friolera del 80% de las veredas de la ciudad, probablemente antes de las elecciones, ¿coincidencia o premeditación? ¿necesidad o campaña? ¿amiguismo o reactivación económica?
Empero, independientemente de las razones que muevan este triste desfile, la homogenización del espacio público atenta contra la propia identidad barrial y arrasa con toda lectura posible de las sucesivas capas históricas que constituyen la propia esencia de la ciudad, perdida en un uniforme manto gris de dudosa calidad o atributo estético.