Por Andrés Muñoz, arq.
Mientras tres cuadras de cola atestiguan el multi y excesivamente promocionado interés por la obra de la ex Confitería “El Molino” y la televisión y los diarios se llenan de notas al respecto, algunos edificios parecen no correr con tanta suerte. Mientras todas las luces apuntan a una restauración que se hizo esperar, algunas cosas parecen ocurrir allí donde la luz no llega.
Aparentemente el predio perteneciente a la Catedral del Boxeo es de la Iglesia y necesitan el dinero para ser empleado con otros fines. El pequeño detalle está en que su precio depende directamente de la obra que se pueda hacer ahí. Por su zonificación, se conseguirían construir torres de gran porte en el terreno. Sin embargo, el Luna Park es Monumento Histórico Nacional y está Catalogado por la ciudad de Buenos Aires con nivel de protección estructural. Este nivel, a diferencia de lo que erróneamente difundieron en los medios, no sólo protege la envolvente edilicia, sino también la tipología, la distribución del espacio. Conservar las fachadas en los términos estrictos de la legislación porteña no es suficiente. Además la modificación no debería ser visible desde la vía pública, en caso que se permitiera tal cosa.
El valor histórico-testimonial que posee el edificio se vería avasallado por unos cuantos millones de dólares, pero ¿Cuántas leyes se deberían a incumplir? Bueno, en principio se debería descatalogar tanto de la Ciudad como de la Nación y, suponiendo que no es una imposibilidad, el caso está en estudio en el MDUyT
Sin embargo, una de las cuestiones que subyacen es ¿por qué darle tantísimo protagonismo a un edificio por sobre otro? ¿será mera coincidencia o una elaborada estrategia mientras el resto del patrimonio “en las sombras” es avasallado cruelmente?
Bueno, supongo que con la visibilidad de este caso, nos podremos llegar a dar cuenta.