Por Andrés Muñoz arq
A poco más de un año de su muerte, la arquitecta iraní vuelve a ser homenajeada en google. La página principal ha generado un doodle que la muestra delante de uno de sus edificios, el Centro Heydar Aliyev en Baku, Azerbaijan. El buscador la pone así al alcance de miles de millones de personas en muchos países del mundo que entran diariamente.
Desde fines de los 90, Google interviene gráficamente la tipografía que conforma su conocido logotipo con motivos diversos que ayudan a instaurar en la cultura popular figuras que tal vez sean poco conocidas.
Hoy es el turno de Zaha Hadid, la primera mujer arquitecta que en el 2004 recibió el Premio Pritzker, para muchos el más importante que se le puede otorgar a un arquitecto. A pesar de ser tantas veces criticada, a pesar de que su primer concurso ganado, The Peak Club, Hong Kong (1983) nunca pudo ser construido, a pesar de que pasó años sin construir y se pensaba que su obra iba a quedar solamente en esos extraños dibujos, difíciles de comprender aún para los propios arquitectos.
Esa etapa de rechazo dio paso a una que generó el legado del cual disfrutamos hoy. Y obtuvo ese premio y muchos otros y tantos encargos profesionales que colmaron sus últimos años de desempeño profesional, a pesar de los prejuicios, a pesar de ser mujer. Nunca aceptó un no por respuesta ni se resignó.
Ideó piezas de una creatividad inusitada que van más allá de edificios emblemáticos. Ha logrado imprimir su sello en productos de toda índole. Ha diseñado indumentaria, zapatos, joyería, arte, mobiliario y hasta automóviles, convirtiendo a Zaha Hadid en mucho más que solamente una arquitecta con impronta global.
Para esto exploró las últimas innovaciones tecnológicas y materiales, empleando artesanos de todo Europa. Utilizó el contraste como herramienta compositiva, tanto de materiales como de colores, combinando cerámica con resina y acrílico, mezclando fucsia con blanco y negro.
Ha colaborado en el diseño de moda con marcas como Chanel, Louis Vuitton, Donna Karen y Adidas. Ha diseñado objetos para Alessi, Artemide, B & B, Established & Sons, Lalique y Sawaya & Moroni que hoy son objeto de colección y culto. Quizás algún día influyan en diseñadores que se hagan eco y generen productos que estén disponibles en tiendas de venta masiva, haciéndose accesibles a todos.
Quienes la conocieron aseguran que tenía todas las ínfulas de una diva. Rem Koolhaas la describió como“un planeta en su propia e inimitable órbita”.
Le han sido otorgados una cantidad de títulos como “la arquitecta de lo imposible”, la “diva de la era digital”, “la diva sin medida” y a todo esto, ella simplemente respondía:
“¿Me llamarían diva si fuera un hombre?”.
No puedo dejar de seguir sintiendo cierta fascinación por la inspiradora frase que alguna vez pronunció,
“¿Por qué limitarnos a un solo ángulo si hay 359 grados más?”.
No sé si efectivamente llegó a usarlos a todos, pero ojalá siga torciendo y retorciendo, donde quiera que esté.