Resistencias de película: La casa de Stuart Little en Buenos Aires.

Resistencias de película: La casa de Stuart Little en Buenos Aires.

Por Andrés Muñoz arq


En el 2009 Disney lanzó una película bastante atípica llamada “Up”, donde el anciano protagonista no parecía detentar las características del héroe. Sin embargo lucha por aquello que para él tiene más valor, la casa en la que vivió con su difunta esposa. Una pequeña vivienda que queda encerrada por nuevas edificaciones en altura. Diez años antes ya el film “Stuart Little” mostraba esa misma situación pero ya consolidada: una residencia de baja altura encerrada entre las típicas edificaciones en altura de Nueva York.
 

Basada en una historia real, pero con varias licencias, la casa de “Up” realmente existe y se encuentra en la ciudad de Seattle, Estados Unidos. Casos como éste se han multiplicado en el mundo, siendo alguno de los más renombrados el de “Chongqing” en China, donde el acoso de la empresa constructora fue tal que sus propietarios terminaron abandonándola, no sin antes producir una serie de imágenes inauditas a medida que la excavación avanzaba.
 
En Buenos Aires existen varios casos con historias no menos interesantes. Algunos, como los de las residencias que se encuentran en la calle Ugarteche en el barrio de Palermo, han subsistido como testimonio de una ciudad de la que cada vez queda menos. Dos suntuosos petit hôtel se ubican casi enfrentados y rodeados de edificios de más de diez pisos y torres de perímetro libre. Sin embargo, la percepción peatonal no molesta y hasta se enriquece. Ambos dos están protegidos como edificios patrimoniales de la ciudad a partir de sus características arquitectónicas y su valor histórico testimonial.
 

Otros casos parecen ser «más fortuitos», como por ejemplo el de la parrilla ubicada sobre la Av. Reconquista al 1100. “Las Nazarenas” se define como “uno de los asadores criollos más tradicionales de Buenos Aires”. Fue declarado de interés turístico hace diez años, tal vez por la gran afluencia de público local y turistas que tiene el local. Sus techumbres, toldos y banderas multicolores contrastan fuertemente con la sobriedad de los edificios de oficinas que la encierran. Sin embargo, su implantación no es algo que moleste. Tal vez sea el uso comercial, no se trata de una vivienda que verá menoscabadas sus condiciones de habitabilidad… puede ser que sea el aire que le deja el recorte de los edificios vecinos, que parecen adaptarse a su presencia aceptándola y trabajando con ella en vez de intentar negarla.
 

De entre estos casos quizás el más parecido al de las inspiradoras historias que se hicieron película sea el del edificio de la esquina de la Avenida Alcorta y Jerónimo Salguero. Allí, el “Le Parc Figueroa Alcorta” -cuya Torre Cavia supo ser la más alta de la ciudad y del país hasta 2015- tuvo que aceptar la presencia de un típico edificio entre medianeras. Así, el complejo se quedó con casi una manzana entera, quedando como vecino la “rareza” de un edificio de diecinueve unidades funcionales con las medianeras expuestas. Si bien el caso no va al extremo de las escalas que muestran los anteriores, se lleva todas las críticas en los foros específicos, aunque sin ahondar en detalles de cómo se llegó a ese resultado. Sea cual fuere la historia que está por detrás, verlo de pie frente a semejante complejo me resulta cuanto menos inspirador.

13 julio 2017No comments

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