Balkrishna Doshi, un perfecto desconocido.

Balkrishna Doshi, un perfecto desconocido.

por Andres Muñoz, arq

Hace poco más de un mes, el Pritzker, codiciado premio de arquitectura fue entregado al arquitecto de 90 años nacido en India, Balkrishna Doshi, para muchos un completo desconocido. Los medios internacionales lo llaman “el campeón de las viviendas para pobres” otros “el discípulo aventajado de Le Corbusier” y otros, simplemente “un arquitecto de lo esencial”. Probablemente todos tengan razón, de acuerdo a qué ángulo de su obra revisen.
Efectivamente proyectó algunos complejos con viviendas de bajo costo como Aranya (1989), donde más de 80.000 personas tienen refugio. Allí diseñó desde refugios de una única habitación hasta espaciosas viviendas, logrando así integran en un mismo ámbito familias de diferente rango de ingreso.

Para los más pobres, dejó preparado un núcleo de servicios y una habitación que financian de acuerdo al ingreso de la familia, quienes pueden utilizar para terminarla, no sólo ladrillo y piedra, sino cualquier material que elijan. Esto les brinda una vivienda en la que pueden intervenir en el diseño, espacio y estética al tener que completarla y es en ello en lo que el arquitecto entiende que está el éxito de este proyecto.

«Si se empodera a las personas, lo que sucede es que se crean incentivos para que las personas que se autogeneran. La promesa de un hogar no es una esperanza limitada, el cielo se convierte en el límite».

Además de esto, colaboró con la Declaración de Derechos Sobre el Hábitat, presentada en la conferencia ONU Habitat sobre Asentamientos Humanos en Vancouver en 1976. Desarrolló teorías sobre la construcción sostenible en zonas con pocos recursos, que transmite a través de la docencia.

Estudió con Le Corbusier entre 1951 a 1955, siendo aprendiz de su taller en la ciudad de París y participando en el diseño de la afamada Chandigarh. Además trabajó con Louis Kahn. El empleo del lenguaje del hormigón a la vista, sobre todo en sus primeras obras, es un claro resultado de la influencia de los maestros en su propia obra.

En su labor se reconoce una vocación de combinar la arquitectura tradicional de la India con las tendencias modernas, quizás sea notorio en algunas de sus obras como “Amdavad ni Gufaok” en Ahmedabad. Allí emplea un repertorio de recursos que lo alejan de las modas pasajeras y remite a referentes arquitectónicos locales.

Quizás, sus propias palabras sean la mejor manera de definirlo al tiempo que nos deja pensando en nuestro propio quehacer profesional:

«Si yo, como arquitecto, no puedo hacer algo por mi gente y proporcionarles lo que necesitan, entonces debo decir que mi trabajo está incompleto».

17 abril 2018No comments

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