Cuatro casas argentinas se adaptan a sus entornos naturales y crean un diálogo fluido entre la arquitectura y el paisaje. La relación con la naturaleza se convierte en un tema central en estos proyectos, al presentar visuales y revelar la integración de la vegetación en diferentes niveles. Descubrí estas obras argentinas que demuestran un gran interés en desarrollar soluciones arquitectónicas capaces de adaptarse a las geografías naturales y restaurar el vínculo entre la naturaleza y el ser humano.

Gonzalo Bardach arquitectura, Casa Olivos
Casa Arena | ZIM arquitextura
Casa Arena se alza sobre una duna, un terreno con una topografía distintiva en la costa argentina. El proyecto, que se ubica en Pinamar, aprovecha la superficie y estudia los contornos del terreno para comprender cómo integrarlos en el diseño de la casa. La obra se adapta a la pendiente natural de la duna, y, de esta forma, preserva la belleza natural del entorno y reduce la necesidad de excavación y relleno, minimizando así el impacto ambiental del proyecto.



Además, al enterrar parcialmente la casa en la duna, se logra una mayor eficiencia energética al aprovechar el aislamiento natural que proporciona el suelo circundante. Tras integrarse funcionalmente con el paisaje, parte de la estructura se entierra en la duna, mientras que otra parte se eleva sobre el nivel del suelo.
Aquella estrategia aprovecha al máximo el espacio disponible y crea una superficie exterior utilizable en la parte superior de la casa, una terraza para actividades recreativas, entretenimiento o para disfrutar del entorno natural.
Casa Forest | Gonzalo Bardach arquitectura
Casa Forest se ubica en medio de un pinar, sobre una duna en la costa de Buenos Aires, Argentina. Se buscaba una conexión entre el interior y el exterior, por lo que se estudió la topografía natural y se aprovechó la pendiente existente para construir un refugio que armonizara arquitectura y paisaje con formas fluidas y orgánicas integradas desde el corazón del proyecto.



Al fusionarse materialmente con el entorno, se genera una sensación de arraigo y refugio en el corazón del bosque. El programa se dispone en un solo nivel, a través de tres pabellones semienterrados, cuyas cubiertas se anclan al terreno. De este modo, se crea una topografía absorbida por el bosque.
Los pabellones están conectados por una cubierta ajardinada que abarca un espacio central entre ellos. Aquella alberga los dormitorios y las áreas de servicio, mientras que el espacio central acomoda las funciones sociales de la vivienda.
Casa Shire | AtelierM
Casa Shire, ubicada en Capilla del Señor combina geometría y paisaje, crea una nueva dimensión mediante un camino ascendente que extiende su propia geometría. Un nuevo espacio habitable se construye en un nivel superior, ofreciendo vistas panorámicas y un nuevo estilo de vida. Entonces, al adaptarse al entorno, la arquitectura ofrece beneficios tanto ecológicos como funcionales, y Casa Shire se integra progresivamente con la naturaleza.



Casa Libélula | Berson
Casa Libélula se encuentra en una isla en el delta del rio Paraná, inmersa en un bosque de sauces. Fue concebida como una frágil libélula sutilmente posada en la tierra. Los palafitos funcionan a manera de ligeras patas que elevan la casa para protegerla de las frecuentes crecidas del nivel del agua. La casa despliega sus alas a partir de frentes acristalados que se eyectan integralmente hacia el exterior. La casa Libélula pretende ser el enraizamiento del ser humano en la naturaleza.



La vivienda vernácula de estas tierras rodeada de galerías es reinterpretada con una nueva geometría. La obra en su totalidad deviene una gran galería de sombras. A partir de la eyección integral de las carpinterías hacia el exterior, todos los espacios interiores se convierten en espacios de sombra provistos de corrientes de aire cruzadas. De esta forma, se adecúa la casa para transitar los cálidos veranos.
Fuentes: ArchDaily

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