
El quincho es un pequeño pabellón doméstico que suele instalarse al fondo de los lotes urbanos y se utiliza en las ocasiones de celebración familiar más importantes. Entonces, el quincho se convierte en un refugio para la conversación en torno a la parrilla.
El estudio Gabinete Arquitectura construyó este quincho, el quincho de tía Coral, en una finca de Asunción. La obra, un cielo de cascotes, vidrios reusados, pisos de cemento, algún cable y algún foco, para dar compañía a las escenas de la vida.
El papel protagonista lo desempeña una gran pérgola que cubre todo el ancho de la parcela sin apenas tocar el suelo, gracias a la dimensión de su canto, que la hace funcionar como una celosía. Lo singular es que esta estructura rehúye la imagen convencional de una celosía tecnocrática: está construida de una manera completamente artesanal. Las diagonales están delineadas con piezas prefabricadas in situ, hechas de cascotes cerámicos y trozos reciclados de vidrio que se han recibido con mortero sobre un sencillo molde. Son piezas que, una vez colocadas siguiendo una secuencia pautada, apenas necesitan unos tensores de acero para conformar un conjunto rígido que sombrea la parcela con sus plásticas sombras.
Su afán de existencia colectiva y haciendo uso del mandato disciplinar ( velar por la habitabilidad de los seres en cuanto humanos), aventura a Gabinete Arquitectura a producir nuevas herramienta de recursos y posibilidades, que pongan en superación las oportunidades de un vivir mejor, como mensaje y ofrenda que nos permita ser en los otros.