Comer, no rezar, amar. Parklets: un espacio para la gastronomía que debe ser seguro y bello.

Comer, no rezar, amar. Parklets: un espacio para la gastronomía que debe ser seguro y bello.

Llegó un nuevo espacio: los Parklets en la ciudad.

Durante la pandemia se produjo un boom de locales gastronómicos que, por necesidad, comenzaron a atender a sus clientes al aire libre y ya no sólo en las veredas, sino directamente en la calle.

Esta necesidad, hizo que se flexibilizaran las normas y llevaron a muchos a “colonizar las calles” más que a ofrecer un lugar para comer que fuera lindo, higiénico y sobre todo seguro.

La Ciudad de Buenos Aires para ese momento ya contaba con amplia experiencia en la expansión de los locales gastronómicos sobre la calzada, dado que ya en el año 2016 tenía diseñados e instalados Parklets en más de 70 restaurantes. Si este dato les parece curioso, más curioso les parecerá que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires te instalaba el deck sin cargo y más curioso aún les resultará saber que, muchos de los locales ¡lo rechazaban sin siquiera pensarlo! Esto me tocó vivirlo dado que MURBANO fue la empresa que colaboró con el diseño, fabricó e instaló todos aquellos Parklets.

Volviendo al presente y ya pasada la emergencia económica en la que resultó la pandemia para la Gastronomía y el Turismo, además de las otras consecuencias tremendas que todos conocemos, creo que es hora de volver a repensar en los principios rectores de los Parklets diseñados y normalizados por la Ciudad de Buenos Aires.

El diseño del Parklet CABA tiene una estética prolija y adaptable a cualquier locación de la ciudad, realizado con materiales nobles y de calidad que realzan la estética y orden del barrio en que se los instala, al tiempo que comunica al comensal que está sentado en la parte exterior de un emprendimiento gastronómico y no que está comiendo en el cordón de la vereda.

Pero fundamentalmente y lo que da origen a este artículo es la protección que se requiere para las personas que se sientan en la calle a tomar un café con amigos o a cenar con la familia.

Hace unos días atrás, en un reportaje que le hicieron al Jefe de Gobierno de CABA en Radio Rivadavia, una periodista lo indagó sobre el riesgo que implicaba que la gente comiera en la calle, en mesas puestas sobre los adoquines y en lugares delimitados con macetas jardineras. Con mucha cintura el Jefe de Gobierno no contestó al respecto, pero salió bien librado de la situación. Ahí, creo yo que podrá haber contestado con toda confianza que el tema de la seguridad también fue pensado en el modelo de CABA y, si bien como todo es perfectible, es el único modelo del país que cuenta con un macetón de hormigón armado en cada punta y una baranda metálica en todo su perímetro.

Así dicho no pareciera gran cosa, pero no debe pasarse por alto que dicho macetón cubre completamente los laterales de los decks y está construido con paredes de 70mm de hormigón armado, lo que sumado al volumen de tierra que contiene lo hace mucho más resistente al impacto de un vehículo que la gran mayoría de los bolardos disponibles en el mercado y sin duda mucho más resistente que las paredes de cualquier casa que esté en una esquina.

Creo que el momento que pasamos fue muy difícil, creo que ahora ya los restaurantes saben si les sirve o no aprovechar el espacio de la calle para atender a sus clientes, creo que ahora pasada la emergencia es el momento de “mezclar y dar de nuevo”, esta vez dándole la importancia que merece el tema de la seguridad y que de ese modo sea un lindo momento de “Comer, no rezar y amar” para todos.

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28 junio 2022 / by / in

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