por Andrés Muñoz, arq.
Que se priorizan muchas otras cuestiones, incluso la conectividad y el transporte, por sobre el patrimonio no es novedad, pero esta vez se están llevando puesta al propio lugar de formación de restauradores patrimoniales, único en su tipo.
Pero esta demolición es el resultado de una cadena de Organismos que “aportan su acuerdo” para lograr un objetivo de mejora de tránsito que, a todas luces, este gobierno tiene como prioritaridad. Dentro de todas estas Instituciones intervinientes, la que posee la potestad de estudiar y realizar un informe técnico acerca del bien y su valor patrimonial es la Dirección General de Interpretación Urbanística, que descansa en la Gerencia Operativa Patrimonio Urbano, mal llamada “APH”. Esa área es la que presentó -en su momento- un informe probablemente desfavorable que produjo que el Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales “desestime” este inmueble por considerarlo sin valor patrimonial o, al menos, por considerar a la Ordenanza Municipal de ensanche de la Avenida, prioritaria frente al hecho construido y consolidado que representa el edificio y su alto valor testimonial.
Este “simple hecho administrativo” es el que da vía libre a la nueva resolución que, años más tarde, llama a Licitación Pública (la N° 425/SIGAF/19) para la demolición total del edificio de Av. Brasil 200, publicado en el Boletín Oficial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires Nº 5643 del 24 de junio de este año. Aparentemente, pre adjudicada a la firma Demoliciones Mitre SRL.
La Escuela Taller del Casco Histórico realiza una formación en artes y oficios orientada a la conservación y restauración de bienes culturales de valor patrimonial y a la producción de objetos de elaboración artesanal. Allí se aprenden técnicas de producción de objetos en yeso con moldes tradicionales destinados a la ornamentación de espacios públicos exteriores e interiores, técnicas de restauración de mobiliario en madera, elaboración de instrumentos de cuerdas, desarrollo y re significación de la técnica mural de esgrafiado, utilización de resina poliéster para elaboración de réplicas y moldes y desarrollo de prácticas de albañilería de obra especializada en restauración edilicia además de un curso teórico obligatorio, complemento de la formación práctica.
Como alumno integré esta Institución y me formé en sus aulas, no puedo más que sentir rechazo ante la idea de que además de la demolición y de los millones que cuesta la obra, no exista un destino claro para la propia Escuela más que, lamentablemente, convertirse en el plomizo y desgastado pavimento del Metrobús del Bajo.
Si querés ayudar a que no se demuela podés firmar la petición “No a la destrucción de la Escuela Taller del Casco Histórico!” haciendo click acá!
Y si tenés ganas continuar leyendo sobre temas patrimoniales:
https://guia-construccion.com/un-hito-en-apuros-la-venta-del-luna-park/